sábado, 25 de febrero de 2012

"Supe

entonces que dedicaría cada minuto que nos quedaba juntos a hacerla feliz, a reparar el daño que le había hecho y a devolverle lo que nunca supe darle. Estas páginas serán nuestra memoria hasta que su último aliento se apague en mis brazos y la acompañe mar adentro, donde rompe la corriente, para sumergirme con ella para siempre y poder al fin huir a un lugar donde ni el cielo ni el infierno nos puedan encontrar jamás."

Un ejemplo de cómo se puede hacer magia con palabras, gracias a Carlos Ruiz Zafón y a su libro "El juego del ángel", uno de los mejores que he leído en mi corta vida.

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